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Carlos Fernández-Vega: México SA

Written By Unknown on Jumat, 28 Februari 2014 | 14.11

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os mexicanos sufren sus consecuencias desde hace poco más de 30 años y padecen la depredación de la política económica impulsada, entre otros, por el Banco Mundial y seguida al pie de la letra por seis gobiernos neoliberales al hilo, pero resulta que a estas alturas de la demolición nacional el organismo financiero se dice sorprendido, porque en México persiste la gran pobreza pese al gasto social, de tal suerte que en este sentido el avance ha sido modesto.

En los hechos, lo único realmente sorprendente es que el Banco Mundial se diga sorprendido (cinismo puro) por los devastadores efectos sociales del modelo económico impuesto en México desde el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando el organismo financiero junto con el FMI decidieron (y la presunta autoridad mexicana acató) que el país sería su laboratorio experimental en la materia. Transcurridas poco más de tres décadas el propio BM (tripulado desde la Casa Blanca) sale con la batea de que los resultados han sido modestos.

Pero no, ojalá, porque ni de lejos han sido modestos, sino devastadores y las propias cifras oficiales lo revelan. No hay que olvidar que América Latina ha sido catalogada (Cepal) como la región más desigual del planeta, y dentro de ésta México es el alumno más que aventajado, tanto que a estas alturas del partido 52 por ciento de la población sobrevive en la pobreza y/o la miseria.

El Banco Mundial asegura que "a pesar de la prevalencia de programas de transferencia condicionada de recursos –como Oportunidades– y el incremento en el gasto social, el efecto neto de la política fiscal en la equidad ha sido modesto… La pobreza en México y América Central no se ha reducido en los últimos años, periodo en que esos programas de transferencia condicionada de efectivo se han institucionalizado al punto de convertirse en uno de los pilares de la política de combate a la pobreza" (La Jornada, Roberto González Amador).

Pero celebrar dicha institucionalización no resuelve nada. En el mejor de los casos sólo pretende minimizar el rotundo fracaso. Como se ha mencionado en este espacio, por muchos millones de pesos que se destinen a lo que el gobierno denomina combate a la pobreza, que año tras año se presuma el incremento presupuestal a tal fin y que supuestamente todo ese dinero llega a su objetivo, lo cierto es que el número de depauperados se mantiene al alza, y seguirá esa tendencia mientras no se corrijan las políticas públicas que los producen al por mayor.

En los últimos cinco lustros oficialmente se destinaron miles y miles de millones de pesos al combate de la pobreza, pero en ese lapso el inventario nacional de pobres se incrementó en 21 millones de mexicanos. Del Pronasol salinista (que arrancó el 2 de diciembre de 1988) al Programa Oportunidades de Fox y Calderón (con Zedillo se denominó Progresa), tal inventario reporta un incremento anual promedio de 840 mil nuevos pobres, algo que, por lo demás, ni de lejos puede calificarse de avance modesto, como asegura el Banco Mundial.

Entonces, a 25 años de institucionalizada la política social (como le llaman en el gobierno), el balance es brutal: con la puesta en marcha del Pronasol, el gobierno reconoció la existencia de 40 millones de mexicanos en pobreza; al cierre de la docena trágica panista, con Oportunidades a toda marcha (Calderón dixit) se registraron 61 millones, y contando. Elemento fundamental de ese resultado es la rotunda negativa gubernamental de modificar su política económica, que sólo socializa las pérdidas y privatiza las ganancias.

El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM le da contexto al problema y le pone números: "el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a nivel federal, estatal y municipal– se incrementó en términos absolutos en 96.1 por ciento en los últimos 42 años (1970-2012). El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. En dicho periodo, el número de pobres en México se incrementó 100 por ciento".

Añade que si el total de los recursos utilizados en los distintos programas creados durante estos 42 años para combatir la pobreza realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Con base en fuentes gubernamentales, el CAM detalla que en 1970 el número de pobres en México ascendió a 31 millones; una década después se elevó a 38 millones, y a 40 millones en 1990, dos años después del arranque de Pronasol. Para 2000, el ejército de pobres acumulaba 50 millones (cifras del Coneval), que aumentó a 57 millones en 2010 (ídem) y concluyó el sexenio calderonista en 61 millones.

El análisis del CAM incluye siete sexenios (de Luis Echeverría a Felipe Calderón), aunque el boom de recursos destinados, oficialmente, al combate de la pobreza se registra (cifras del propio gobierno federal) a partir de la estancia salinista en Los Pinos. Así, ¿cuántos recursos se han invertido por cada pobre de este país en 42 años?, pregunta el CAM y él mismo lo desmenuza de la siguiente forma:

De manera real, los recursos destinados en los tres niveles de gobierno para reducir la pobreza, según sus propios datos y considerando el comportamiento de la economía para cada sexenio, tenemos que el monto invertido por pobre equivale a 36 millones 366 mil 541 pesos durante estos 42 años. Entonces, si año con año se incrementó el presupuesto para combatir la pobreza y el hambre, ¿por qué aumentó la pobreza? (se duplicó en el periodo referido), ¿cuántos de los recursos originalmente destinados llegaron a los mexicanos en pobreza?, ¿cuántos se quedaron en el aparato gubernamental y bajo qué argumentos?

Para redondear, va la siguiente información del Coneval: al cierre del calderonato, sólo dos de cada diez mexicanos eran considerados no pobres ni vulnerables; el resto, abiertamente vulnerable, es decir, a un tris de la pobreza, porque si bien no tiene carencias sociales, su ingreso es inferior a la línea de bienestar, detalla el organismo).

Las rebanadas del pastel

He allí lo que el sorprendido Banco Mundial considera un avance modesto y no un fracaso rotundo en eso que el gobierno mexicano denomina combate a la pobreza… Va un enorme beso para mi adorada Camila por su octava velita.

Twitter: @cafevega

D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com


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Editorial: ¿Qué hace Pemex en Repsol?

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l presidente de la corporación petrolera española Repsol, Antonio Brufau, exhortó ayer a Petróleos Mexicanos (Pemex) a estrechar la colaboración entre ambas entidades y ofreció a la representación mexicana que se siente con la compañía para analizar todas las oportunidades para cooperar. La declaración tiene lugar dos años y medio después de que firmaron una alianza estratégica que significó la compra, por parte de la empresa mexicana, de 9 por ciento de las acciones de la española, y un día después de que el coordinador de asesores de Pemex, Carlos Roa, criticó severamente, en una entrevista publicada en Madrid, el desempeño del propio Brufau y se manifestó por un cambio en la administración de Repsol para que ésta pueda ser un gran socio.

Como elemento de contexto han de señalarse los cuestionamientos a Brufau en la propia España por las percepciones astronómicas que él mismo se asigna como titular de la empresa (de 5 a 10 millones de euros anuales) y las imputaciones judiciales en su contra por las operaciones financieras dudosas que realizó como alto cargo de La Caixa y de Gas Natural, aunque las pesquisas no han prosperado por la espesa red de complicidades político-empresariales que existe en el país ibérico.

Por otra parte, el intercambio de declaraciones Roa-Brufau tiene como telón de fondo el acuerdo alcanzado por Repsol y el gobierno argentino para saldar las indemnizaciones por la expropiación, en mayo de 2012, de las acciones que el corporativo español poseía de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPG), la empresa argentina de hidrocarburos. La parte mexicana se vio involucrada en el diferendo debido a que, unos meses antes, el entonces director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, decidió invertir cerca de mil 150 millones de euros (19 mil 55 millones de pesos, al cambio del momento) en Repsol.

Esa participación fue cuestionada porque reflejaba una enorme incongruencia del gobierno mexicano, ya que el discurso oficial mantenía –y sigue manteniendo– que el Estado carece de los recursos necesarios para invertir en el desarrollo de Pemex, lo que hacía absurdo que se destinara semejante monto a una trasnacional. Por lo demás, el porcentaje accionario de Pemex no es suficiente para incidir en forma significativa en la dirección de Repsol, como el propio Suárez Coppel pudo comprobar cuando, días después, el consejo de administración de la corporación española amenazó con expulsar a Pemex si ésta insistía en aliarse con otro accionista minoritario.

La situación, en esencia, no ha cambiado: el gobierno federal sigue afirmando que no hay recursos suficientes para financiar la industria petrolera nacional, y precisamente esa fue una de las justificaciones utilizadas para operar la reciente reforma legal que permite la privatización del sector; en cuanto a la situación en Repsol, el martes pasado su consejo modificó el reglamento para prohibir a los consejeros que externen públicamente sus discrepancias con la gerencia de la trasnacional, lo que resulta una clara reacción a las declaraciones formuladas horas antes por Roa.

Por donde se le vea, la asociación entre Pemex y Repsol es un mal negocio para la primera. A la distancia, es claro que la inversión en una corporación gestionada en forma casi gansteril constituyó una de las más graves afectaciones de cuantas perpetró la administración de Felipe Calderón en contra del patrimonio de todos los mexicanos. De la misma manera es insostenible el rescate realizado por la petrolera mexicana de un astillero gallego que se encontraba en quiebra virtual.

En resumen, es tiempo de revertir esas asociaciones heredadas del sexenio anterior, de recuperar, en lo posible, los capitales destinados a las empresas españolas, y de emplear tales recursos en el mejoramiento y la modernización de la planta petrolera nacional, la cual experimenta, con o sin reforma energética, una clara necesidad de inversión.


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Miguel Ángel Velázquez: Ciudad Perdida

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anuel Granados, presidente de la Comisión de Gobernación en la Asamblea Legislativa del DF, logró demostrar algo casi imposible: que en la política de la ciudad hay algo un poco peor que la Nueva Izquierda de los Chuchos, ese algo se llama Federico Döring, quien pertenece al Partido Acción Nacional y ahora actúa como empleado del propio Granados.

Hace un par de días en el Polyfórum Siqueiros, allí donde Miguel Ángel Mancera se lanzó a la carrera que lo llevó a la jefatura de Gobierno, Manuel Granados rindió, ante actores de la llamada lucha libre, algunas estrellas de la farándula, y una buena parte de la clase política del DF, algo que pretendió ser un informe de labores, pero que sirvió nada más para lanzar un ataque en contra de la legislatura pasada, o más claramente, en contra de Alejandra Barrales, quien presidía la comisión que hoy encabeza Granados.

La senadora, sentada en la segunda fila de los invitados especiales, aguantó candela, y al término del acto salió rápidamente del lugar para evitar las entrevistas que ya se estaban preparando a las afueras del Polyfórum, y, desde luego, responder a la agresión que, hay quien dice, preparó el propio Doring. Cosa de saber hacer política, aseguran que comentó la senadora entre los suyos.

Lo que todos se preguntaban era: ¿para qué la invitaron si se le iban a ir encima? Rudeza innecesaria, comentaban otros, pero nadie, así parecía cuando menos ese día, a esas horas y en ese lugar, festejaba o justificaba el ataque. No que los hechos puedan justificar las acciones de Barrales, más bien es el modito, advertían otros que no daban crédito al asunto.

Pero no fue todo, allí, en primera fila, prácticamente al centro del sillerío, a un lado del maestro Bernardo Bátiz, quien asistió en representación de Andrés Manuel López Obrador, el ex jefe de Gobierno Marcelo Ebrard oyó cómo se nombraba a todos y cada uno de los invitados cinco estrellas. La lista de los nombres terminó sin que se escuchara el nombre de Ebrard, en lo que más que una omisión, parecía mala leche.

Después, en la lectura de la segunda lista de invitados, por fin se pronunció el nombre de Marcelo, y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, lo señaló, digamos que con deferencia –aunque nunca se llegó al esperado momento en el que ambos chocaran las manos–, y luego inició un discurso en el que elogió la labor de Granados al frente la ALDF. Para algunos exagerados, destapó a Manuel Granados como su sucesor, pero otros se preguntaban, sin dejar de rascarse la cabeza o de frotarse las manos: ¿Será exageración?

Y es que el encuentro seguramente hubiera causado la envidia de los norcoreanos en su adoración por Kim Il-sung, o hubiera exhibido a los vietnamitas en su ciega inclinación hacia Ho Chi Minh como simples profanos, después de escuchar y ver, en pantallas gigantes de televisión, los elogios con que los de la derecha verde, azul y tricolor, además de los de izquierda, describieron el trabajo de Manuel Granados, que no obstante todo se sentía alegre, juguetón y lo mismo charlaba con la prensa que se tomaba un foto con El Santo, o lanzaba sonrisas y saludos a diestra y siniestra.

Al final del acto sólo quedó una cosa clara: la guerra ya empezó.

De pasadita

Hay quien asegura que el mismo martes por la noche, allá en los rumbos de la colonia Condesa, se vio al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, arribar al lugar donde Marcelo Ebrard ha tenido sus oficinas. No hay confirmación de las partes respecto de una reunión entre ambos personajes, pero si la especie fuera cierta, tal vez se estaría frente a un acuerdo que permitiera, por ejemplo, que en las elecciones que vienen en el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas se haga cargo de la desprestigiada presidencia de ese organismo. Ojalá y por ahí vayan las cosas.

ciudadperdida_2000@yahoo.com.mx • ciudadangel@hotmail.com


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Soledad Loaeza: Robert Dahl

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l pasado 5 de febrero murió Robert Dahl, a los 99 años. Fue un influyente politólogo estadunidense cuyas reflexiones y análisis del poder y la democracia han guiado, desde finales del siglo XX, la comprensión de estos fenómenos –aunque no siempre de manera explícita–, y han inspirado a muchas generaciones de estudiosos de la política. De la influencia de Dahl sobre la práctica democrática actual podemos decir lo mismo que el burgués gentilhombre de Molière exclamó en admiración de sí mismo, cuando le explicaron la diferencia entre el verso y la prosa: ¡Ah! ¡Entonces llevo años hablando en prosa! Nosotros llevamos años discutiendo la democracia en los términos de Dahl, el teórico de la poliarquía y del pluralismo, sin citarlo. Fue profesor en la Universidad Yale, donde obtuvo su doctorado en 1940. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la que participó, como correspondía a su generación, regresó a su universidad, donde desarrolló una carrera docente y de investigación que es un modelo para quien quiera ser un buen académico. Vale la pena subrayar que era un maestro generoso y considerado, que se ocupaba mucho de sus estudiantes, con cuya formación se sentía íntimamente comprometido.

A Dahl le debemos el planteamiento de la naturaleza del poder que fue en su momento, principios de los años 60, el más sencillo y sugerente de los que ofrecían los libros de ciencia política de la época: El poder consiste en que A logre que B haga lo que A quiere, que de otra manera B no habría hecho. Esta definición amplia no se refiere sólo al poder político, pero quizá lo más importante es también lo más obvio: Dahl subraya el carácter del poder como una relación. El poder no es tal en el vacío, sólo se ejerce en la interacción entre dos o más personas, o entre una institución y una persona o un grupo de individuos, o entre instituciones.

El primer gran libro de Dahl fue ¿Quién gobierna?, en el que describe y explica el ayuntamiento de New Haven, Connecticut, cuyo funcionamiento observó y analizó cuidadosamente, primero, para responder a las críticas de su colega, el sociólogo C. Wright Mills, que sostenía que Estados Unidos estaba gobernado por una reducida élite; en segundo lugar, a partir de sus observaciones formuló un esquema de análisis del poder que es actualmente dominante, que entiende la democracia ya no como el triunfo de la mayoría, sino como la competencia entre diferentes grupos de interés que representan la diversidad de la sociedad. A la perspectiva de Jean-Jacques Rousseau opone la de Alexis de Tocqueville, para quien la clave de La democracia en América era el gobierno local, y la dispersión del poder que representaba la diversidad de actores políticos que intervenían en ese gobierno y que eran, a su vez, representativos de la pluralidad social. Al principio roussauniano de la democracia mayoritaria oponía el principio de la democracia pluralista, que da cabida a las minorías. Un espacio que, en cambio, les niega la fórmula mayoritaria.

Dahl es el teórico de esta versión de la democracia que desde finales del siglo XX se impuso como una forma de organización de la representación y de la participación, preferible a la fórmula mayoritaria. Para entonces ésta ya había demostrado que era portadora de la tentación autoritaria, que puede permanecer larvada, o materializarse en la vida y las instituciones hasta destruir la democracia misma.

Tuve la suerte de conocer a Dahl en 1985, o era tal vez 1986. Vino a México invitado por Manuel Camacho, a quien entonces le preocupaba el gobierno de una ciudad que había sido violentamente sacudida física y mentalmente por los sismos de septiembre, y que tenía una larga historia de pasividad, interrumpida por algunos episodios excepcionales de movilización, como el movimiento estudiantil de 1968. Los sismos habían puesto a la ciudad prácticamente en pie de guerra. En estas circunstancias era imperativo encontrar para la capital del país una forma de gobierno que la estabilizara. Nadie creía que fuera posible mantener el esquema vigente de la regencia, que era por completo insuficiente –nadie lo propuso–. La discusión en esa reunión versó sobre intereses fragmentados, fórmulas de gobierno, posibilidades de cambio. Dahl escuchó con atención, y nos repasó las lecciones del ¿Quién gobierna? Recuerdo que para los presentes fue muy atractiva la propuesta pluralista que reconocía el entramado de grupos que sostiene la organización extragubernamental de la ciudad. Creo que fue la fórmula a la que recurrió Camacho cuando gobernó el Distrito Federal.

Me pregunto si casi dos décadas de gobierno del PRD no nos habrán hecho olvidar las lecciones de Dahl.


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Pedro Miguel: Navegaciones

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Los maravillosos efectos de la nueva inoculación, viñeta satírica de James Gillray, de las Publications of the Anti-Vaccine Society, que muestra a Edward Jenner administrando vacunas contra el virus de la viruela bovina. El temor popular era que la vacuna provocaría el crecimieto de apéndices vacunos en los pacientes. Biblioteca del Congreso, Washington, EU

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odo medicamento, desde la aspirina hasta los compuestos de la quimioterapia, pueden tener efectos secundarios perniciosos. Ninguna vacuna garantiza ciento por ciento la inmunización del paciente, y algunas de ellas, mal aplicadas, tal vez hayan acabado con algunas vidas: sea porque se excedió la dosis, porque la sustancia provocó una reacción alérgica severa, porque había caducado, porque hubo una falla criminal en la fabricación o porque el idiota que la inyectó lo hizo tan mal que causó una trombosis.

Dicho lo anterior, las vacunas (al igual que los antibióticos) han salvado una cantidad de vidas millones de veces superior que el número de accidentes como los señalados. De hecho, a esa dupla de inventos debemos, en buena medida, la explosión demográfica del siglo XX tras la dramática caída en las tasas de mortalidad infantil y adulta, y la extinción de la viruela y la contención efectiva del sarampión y otros padecimientos.

En esta perspectiva, las alarmas de la vacunoia (paranoia de las vacunas) es tan irresponsables como el sistemático sabotaje del Vaticano contra las campañas de contención del sida: desde la década antepasada los jerarcas católicos han proferido toda suerte de tonteras acerca del uso del condón: desde que el VIH es tan pequeño que puede atravesar el material poroso (¿será que Sus Eminencias usan condones de encaje?) hasta que la distribución del adminículo en África aumenta el problema, como rebuznó Ratzinger en marzo de 2009 durante una visita a Camerún (http://is.gd/DG2CE8).

Como las creencias –las del Papa emérito o las de los vacunoicos– no pueden ser desactivadas con ninguna clase de argumento racional, me abstengo de debatir el fondo del asunto y me limito a contarles, por si no lo sabían, que el pánico militante contra las vacunas no es, como podría pensarse, una cosa nueva, impulsada por Internet y el naturismo, sino que data –en Occidente, al menos– del siglo XVIII, cuando muchas personas reaccionaron con horror a los primeros ensayos controlados de inoculación preventiva con virus, como los que realizaron Zabdiel Boylston y Cotton Mather durante la epidemia de viruela que asoló Boston en 1721. Mather fue insultado por las masas y su casa fue atacada con explosivos, a pesar de que la tasa de fallecimientos entre los inoculados (3 por ciento) fue sustancialmente menor que la de los no inoculados (14 por ciento) (http://is.gd/BKChVF).

Seis décadas más tarde, cuando Inglaterra se encontraba azotada por esa enfermedad, el médico rural Edward Jenner observó que las lecheras solían enfermar de viruela bovina (http://is.gd/S4cInv) por el continuo contacto con las vacas y que, tras reponerse, quedaban inmunes a la viruela humana. Jenner tomó muestras de una pústula e inyectó el fluido en el brazo de un niño. El pequeño paciente enfermó de viruela bovina, se recuperó en 48 horas y luego el galeno le administró virus de viruela humana, y el pequeño no resultó afectado.

Desde luego, la práctica de inyectar pus de organismos enfermos (humanos o animales) en el torrente sanguíneo de individuos sanos tuvo que resultar chocante para el sentido común de las masas, pese a que tales prácticas se empleaban en Asia desde 200 años antes de nuestra era: los médicos chinos almacenaban las costras de las pústulas de infectados con variedades leves de viruela, las molían hasta convertirlas en un polvo que luego hacían aspirar por la nariz a quienes se proponían inmunizar.

Además de repugnancia, la inoculación generó una cantidad de críticas con argumentos religiosos, seudocientíficos y políticos: desde que la vacuna era anticristiana porque provenía de un animal, hasta que no servía para nada porque la viruela, se decía, no era causada por virus, sino por material en descomposición en la atmósfera (una creencia medieval). El problema es que no todo quedó en discusiones. A mediados del siglo antepasado, diversos gobiernos empezaron a realizar, con un espíritu manifiestamente totalitario, vacunaciones obligatorias. Se dijo entonces, con razón, que la práctica atentaba contra la libertad individual. Tras la promulgación de leyes de vacunación obligatoria en 1853 y 1867 surgieron dos organizaciones opositoras: la Liga Antivacunación y la Liga contra la Vacunación Obligatoria. En 1885 tuvo lugar, en Leicester, una manifestación de entre 80 mil y 100 mil personas que exigían la derogación de la vacunación obligatoria. En 1898 ésta fue modificada para incluir la figura del objetor de conciencia, que permitía obtener certificados de exención (http://is.gd/ryphN4).

Entre 1876 y 1885 surgieron en Estados Unidos tres grupos contrarios a la vacunación obligatoria que se desempeñaron principalmente en el terreno de los tribunales. En 1905 llegó hasta la Suprema Corte el caso de Henning Jacobson, un residente de Massachusetts que se negaba a vacunarse. El máximo tribunal refrendó los fallos previos, consideró constitucionales las leyes estatales para proteger la salud de la población en casos de enfermedades contagiosas y obligó al tipo a inocularse contra la viruela.

En los años 70 del siglo pasado las campañas de vacunación DTP (difteria, tétanos y tosferina) provocaron reacciones furibundas, basadas principalmente en un informe parcial que hablaba de 36 casos de problemas neurológicos entre niños vacunados en un hospital de Londres. Se ordenó un exhaustivo análisis de cada uno de los casos, y la relación entre la inoculación y las encefalopatías no pudo ser demostrada en ninguno de ellos.

Aunque la administración de vacunas ha dejado de ser estrictamente obligatoria en la mayor parte de los países, en tiempos recientes han surgido movimientos y corrientes de opinión contra las vacunas antisarampión, paperas y rubéola (MMR) y el virus del papiloma humano (gardasil). También se ha denunciado el uso del conservante timerosal, un compuesto que contiene mercurio, en la fabricación de vacunas, con el argumento de que esta sustancia favorece el desarrollo de autismo. No se ha demostrado la veracidad de tal aserto (http://is.gd/ug78M4), pero existe el consenso de que el timerosal debe reducirse o eliminarse en las vacunas como una medida de precaución (http://is.gd/YDRxAl, http://is.gd/N0YWez).

El doctor Juan Gérvas, de la Universidad de Madrid, es crítico del uso indiscriminado de vacunas (http://is.gd/gbypxX). Si quieren más información sobre la vacunoia (http://is.gd/cSEd3I) y, en particular, sobre los efectos, limitaciones y riesgos de la vacuna contra el VPH, pueden consultar rationalwiki (http://is.gd/Y5j1kH, http://is.gd/ejSMAg).

Como demostró el rebrote de sarampión registrado en Europa recientemente (http://is.gd/ztLVic), la vacunoia es mucho más peligrosa que la práctica terapéutica preventiva a la que pretende combatir (http://is.gd/455w0r, http://is.gd/2j98qn). Y, por definición y por desgracia, contra ella no hay vacuna posible.

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Ricardo Yáñez: Isocronías

Written By Unknown on Kamis, 27 Februari 2014 | 14.11

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o recuerdo por el cerro del Tepeyac, en un homenaje a Villaurrutia; lo recuerdo cierta noche en algún restaurante del DF, cena ahora en homenaje precisamente a él mismo, reconocimiento que se tomó con excelente humor (en cada una de las invitaciones –que tenían el formato de aquellas preciadas plaquettes de lo que había sido La Máquina de Escribir– dibujó y firmó su propia caricatura).

Lo recuerdo invitándome a formar parte de esa colección –de la que conservo al menos quince títulos– lo que de alguna manera me salvó del marasmo de la no escritura, en el que llevaba, hasta eso que sin culpa (o sin conciencia), alrededor de cinco años.

Lo recuerdo regalándome la copia mecanografiada de uno de sus originales, misma que más tarde, desconfiando de mis capacidades de guardián (he perdido muchísimos libros, revistas, papeles diversos), digamos que decidí prestar por tiempo indefinido a un narrador saltillense.

Lo recuerdo dizque entrevistado por mí, creo entequilados ambos –yo seguro sí– durante cerca de dos horas y llamándome al día siguiente para decirme que tenía cuartilla y media con la síntesis de la entrevista, lo que desde luego, reportero bisoño desde siempre este tundeteclas, agradecí en el alma.

Lo recuerdo sobre todo en un desayuno en cierto hotel de Hermosillo donde por casualidad nos encontramos –ahí mismo se alojaban Los Folcloristas y, me parece, fue la última vez que, al paso, entre las mesas, saludé a René Villanueva– y su muy atenta plática, centrada en Juan Rulfo:

Me había sido dado alguna lejana vez (¿1980?) entrevistar al autor de Pedro Páramo por teléfono, así que obligadamente hube de preguntarle si continuaba escribiendo y qué. Contestó que una novela se llamaría Días de floresta (ese floresta, gracias a Federico, lo sabría, debía ir con alta inicial) y de ahí se agarró la ingenua cabeza de la nota. Creí que sólo me lo había dicho a mí, pero años después del diálogo con Campbell encontré la misma información en un libro de Jorge Ruffinelli.

En todo caso por él vine a saber que se trataba de una ironía, acaso cruel –la presunta novela hacía referencia al nosocomio La Floresta, en el que estuvo interno el jalisciense. Gracias a Federico luego de cuatro lustros de aquella rulfiana conversación quien esto escribe acusó recibo, vale más tarde que nunca, de la parábola.


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Editorial: Pobreza y desigualdad: dos estrategias

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egún el informe del Banco Mundial (BM) titulado Ganancias sociales en la balanza en América Latina y el Caribe, dado a conocer ayer en Washington, entre 2003 y 2012 se ha reducido la pobreza en el subcontinente, si se considera como criterio un ingreso de 2.50 dólares diarios por persona, o menor, y un traslado de millones de personas a la categoría superior siguiente –en vulnerabilidad–, definida por un ingreso personal de entre 4 y 10 dólares diarios. En tanto, se ha robustecido una clase media considerada por el organismo como el conjunto de quienes tienen percepciones de entre 10 y 50 dólares diarios.

Es de señalarse, de entrada, que los criterios de clasificación por ingreso empleados por el BM son por demás cuestionables si se considera que, en nuestro país, sólo para cubrir el costo de la canasta básica (a precios del año pasado) se requiere de un ingreso diario de 235 pesos; es decir, casi 18 dólares al cambio corriente. No es fácil entender, en consecuencia, con qué lógica el organismo financiero coloca en el rubro de la clase media a alguien que no puede cubrir siquiera su consumo de los productos considerados de primera necesidad.

Más allá de esas consideraciones, el BM divide la región en tres subregiones: Cono Sur, Andes, y México y Centroamérica. En la primera, afirma el estudio, es donde resulta más clara la reducción de la pobreza, la cual cayó 37 por ciento en 2012; en la zona andina la reducción es de 22 por ciento, y en nuestro país y el istmo centroamericano la pobreza se ha mantenido constante en el último lustro y abarca a 41 por ciento de la población, una estimación optimista si se recurre a otras maneras de medir el fenómeno.

El organismo financiero –cuyas directrices han impulsado en forma sistemática la aplicación de dogmas neoliberales que han causado un desastre social en Latinoamérica– se ve obligado a admitir que si la pobreza ha disminuido en el sur del continente, se debe tanto al crecimiento de los ingresos como a las políticas redistributivas, y atribuye la reducción correspondiente en la zona andina sólo al primer factor, esto es, el crecimiento del ingreso.

Por lo demás, el BM enfatiza que la generalización de los impuestos indirectos (es) un factor que contribuye a ralentizar la reducción de la brecha de desigualdad, pues el impacto regresivo de la estructura impositiva afecta mucho más a los más pobres.

Esta última observación ha de ser contrastada con la reforma fiscal propuesta por el Ejecutivo federal y aprobada por el Legislativo el año pasado. De igual manera, tras el fracaso de los gobiernos mexicanos en la reducción de la pobreza ha de verse la ausencia de políticas redistributivas como resultado de su apego a las recetas del llamado Consenso de Washington.

Por otra parte, el documento del Banco Mundial alerta que los avances regionales en reducción de la pobreza no han conllevado progresos semejantes en la disminución de la desigualdad. En este punto, el análisis del organismo monetario resulta particularmente pertinente para nuestro país, donde la desigualdad crece de modo agraviante y escandaloso.

El hecho, a consideración de George Gray Molina, del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, es que los gobiernos brasileños han escogido el modelo de la protección social, enfocado a recortar la desigualdad por medio de la inversión pública, en tanto los mexicanos han preferido crear un entorno más favorable para las empresas y están enfocados a reducir la desigualdad a través del crecimiento económico. Y los resultados de una y otra estrategia están a la vista.


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Luis Linares Zapata: El político subyugado

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n realidad el siglo XXI comenzó de manera parecida a como terminó el anterior. No en balde lo separaron sólo algunas horas de las pulsantes realidades anteriores. Pudieron ser, ciertamente algunos días, incluso meses o, siendo exigentes, posiblemente años durante los cuales se agrandaron distancias conceptuales, partidarias o emocionales que han terminado por separar a uno del otro. Lo cierto es que, a pesar de las pasiones incrustadas en el cuerpo social, no hubo, a ciencia cierta, ruptura alguna. Los sucesos, esperados algunos, previsibles casi todos, se fueron encadenando a pesar de los sobresaltos habidos. Y de esta casi natural manera, cínicamente pronosticada por los interesados de resguardar sus nichos de influencia, llegamos, sin troníos ni alabanzas, a rebasar la primera decena del siglo XXI aferrados a una continuidad que se desploma. Una punzante realidad, sin embargo, mantiene atado al país y a sus gentes: el ralo crecimiento económico, los devastados ingresos del trabajo, la desigualdad rampante y el horadado bienestar de las masas. Y, de manera por demás irónica, nadie, de la élite dirigente, responde por esta tragedia.

Poco o casi nada puede encontrarse descrito de este nefasto periodo, delineador de la actualidad, en la narrativa oficial. El triunfalismo y las promesas desbocadas suplen la ausencia. Menos aún que se haya descubierto algún arcano conceptual que oriente o conduzca la convivencia. Tampoco que se ha dibujado un horizonte asequible, unificador de la pluralidad. Lo que se tiene, por ahora, y por lo visto en adelante, no parece que será distinto de los extenuantes momentos, ya bien conocidos, del pasado. Una repetición, sin alarde ni dignidad alguna, de lo que ya se hizo. Un actuar sin mérito alguno durante estos aciagos tiempos, que debían extinguirse pero que, necios como ellos mismos, vuelven y se revuelven.

Hace ya más de 30 años, a partir de finales de los años 70, que una clase de personajes, ciertamente menores en talentos pero con desbocadas ambiciones, se encaramaron sobre los botones de mando de la nación. Juntos, protegiéndose entre ellos, arremolinándose en torno a gurúes extranjeros, integraron toda la pléyade de mando interno. Bien aleccionados en universidades extranjeras –principalmente esas, elitistas del este de los Estados Unidos de Norteamérica–, se pusieron al frente del escenario público. La colonización mental de tales individuos no puede ni, menos todavía, debe ser minimizada. Al contrario, con los años lograron integrar la más determinada e ideologizada formación de vanguardias de un imperio que no les pertenece ni reconoce. Mimetizaron, con enjundia reconocible, los mandamientos de una fe económica fincada en la presunción de un mercado regulador, falseado desde su mera base, pero que se ha extendido por todo el globo terráqueo. Sus más conspicuos adalides se insertaron en la Secretaría de Hacienda y en el Banco de México y, desde ahí, monopolizan la última palabra y directriz. Los demás rellenan los restantes sillones de mando del Ejecutivo federal junto al presidente en turno. Juntos, oliéndose sus humores con agrado, han llegado a formar, sin duda alguna, una especie de columna vertebral del accionar cotidiano. Doblegaron, sin miramientos alguno, a la decadente clase política mexicana, esa que se formó en el traqueteo de las complicidades cotidianas para ascender en los rangos partidistas.

La declinación de los últimos dos presidentes del moribundo nacionalismo revolucionario (Echeverría y López Portillo) abrió el cauce para que ascendiera estos hombres educados en Harvard y Yale. De la Madrid y Salinas, padre e hijastro, finiquitaron los vestigios, ya para entonces moribundos, del nacionalismo nacional. El célebre y bien contratado doctor Zedillo cimentó, con tesón inigualable, la punta ideológica diseñada para beneficiar a los centros hegemónicos: el llamado neoliberalismo financierista. Enredo que en su parte medular predica, de modo casi acrítico, la inclusión subordinada a la globalización. En tal desplante se implican: el achicamiento del Estado, la preponderancia del interés privado, la venta de garaje de cuanta platita se había heredado (privatizaciones), la renuncia a la propiedad originaria de la tierra y el subsuelo para exponerla al trafique del mercado. Le adjuntan algunos otros supuestos como el reconocimiento de una Iglesia católica y romana retardataria y ambiciosa. Este conjunto apelmazado de axiomas fueron los novedosos pronunciamientos de aquella derecha, ya para entonces bien incrustada en las esferas del poder.

Es imprescindible asentar, con toda precisión, el lugar, el papel desempeñado por estos personajes que actuaron (y lo siguen haciendo) como verdaderos agentes de las nuevas creencias, siempre reformadas. Fueron, sin lugar a dudas, la punta de lanza, los avanzados de una penetración, sin disparos ni heridos, lograda por los centros de poder hegemónico. Su corta visión, menor alcance y poca estatura que, por alevosías del momento, no les impidió alcanzar las cúspides decisorias del país. Después de muchos fracasos, hay que decirlo, se revelaron como artificiosos actores con formas sui géneris de detentar el poder. Formaron, en su alebrestado pugnar por posiciones de mando, una densa claque que ha imposibilitado el desarrollo de toda una nación, en este lastimero México de singulares potencialidades.


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Bernardo Barranco V.: El evangelio social de Raúl Vera

Bernardo Barranco V.

U

no no puede quedar indiferente ante personajes que en los dos últimos años han estado en la terna final del premio Nobel de la Paz. Nos referimos a Raúl Vera, quien es el rostro de una Iglesia comprometida con la justicia social y con los derechos humanos. Una persona que goza de un amplio reconocimiento y respeto social entre los más diversos sectores del país. Paradójicamente, su prestigio secular es inversamente proporcional de aquel que al interior del episcopado le otorgan. Esto lo he podido comprobar a lo largo de las presentaciones que hemos venido haciendo del libro que hicimos: El evangelio social del obispo Raúl Vera, conversaciones con Bernardo Barranco, de editorial Grijalbo, que acaba de ser distribuido en las principales librerías del país. Pude constar el respeto con el que Raúl Vera es tratado por muy diferentes periodistas y líderes de opinión como Carmen Aristegui, Leo Zuckermann, Ricardo Rocha, Javier Aranda. Vitoreado por programas radiofónicos irreverentes como El Weso y Charros contra Gánsters. Y mención aparte merece Martha Debayle, quien al final de la entrevista ya estaba destapando a Vera como próximo candidato a la Presidencia, contraviniendo claramente el ar­tículo 130 constitucional. Por otra parte, las palabras fuertes de Vera reflejan la indignación de la época; su actitud como religioso es un espejo del sentir y la voluntad de un gran número de mexicanos que ven en el fraile dominico una actitud valiente, cívica y espiritual. La capacidad de convocatoria de Raúl Vera es indiscutible: no sólo el auditorio Bernardo Quintana de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, este pasado sábado 22 de febrero, estaba abarrotado, sino que un grupo numeroso de personas, lamentablemente, tuvo que quedar fuera de la presentación del libro, ante la cerrazón y descortesía de las autoridades que organizan la feria.

Me he venido preguntado, ¿por qué estos personajes religiosos despiertan notable empatía? La respuesta que me doy está en el propio papa Francisco. Guardando proporciones, ambas figuras representan renovación, frescura y compromiso social por los más pobres. Como Nancy Gibbs, de la revista Time, fundamentó al nombrar al Papa el hombre del año: En menos de un año, Francisco ha hecho algo notable: no cambió las palabras, pero cambió el tono y temperamento que pesan en una Iglesia construida sobre la sustancia de los símbolos. Monseñor Vera es heredero y depositario de legendaria generación latinoamericana de obispos, curas, clero religioso y monjas que siguieron el impulso renovador del Concilio Vaticano II. Es discípulo de un progresismo católico que tuvo alcances significativos en movimientos sociales en América Latina. Por ello, su desempeño contrasta con la limitada presencia y pequeñez de la mayor parte de los actuales prelados mexicanos. Este libro muestra que Raúl Vera no es un accidente que nace en Chiapas ni es fruto de repentina conversión. En Vera no se opera un milagro de conversión; más bien se muestra un largo proceso de maduración en el que inciden no sólo las circunstancias personales sino la mística de la orden de los predicadores, los dominicos, como se les conoce comúnmente. La herencia de Bartolomé de las Casas, fray Antonio de Montesinos y fray Francisco de Vitoria, entre tantos otros. También las semillas de lucha de este activista religioso son palpables aun antes de haber optado por el sacerdocio. Vera es hijo directo de una doble revolución que se opera simbólicamente en los años sesenta: la rebeldía universitaria del 68, movimiento del que Vera participa activamente, y el aggiornamento eclesial que se consagra en el concilio y que posteriormente cobra forma en la teología latinoamericana de la liberación. Pero don Raúl va más allá, no se contenta con la crítica y el planteamiento de la transformación de las estructuras injustas. Se solidariza con las causas concretas y reivindica la dignidad de las mujeres, los indígenas, los mineros, los migrantes, los homosexuales, entre otros.

Aunque no se considera un obispo rebelde, es innegable que ha recibido censuras por sus decisiones y posicionamientos por el respeto a la diversidad sexual. Desde Roma, la curia le ha requerido diversas explicaciones; especialmente se muestra nerviosa por su pastoral de homosexuales o por su tolerancia con curas heterodoxos. La derecha católica ha venido hostigado su labor desde los tiempos de Chiapas, denostando su trayectoria. Raúl Vera cuenta en el libro sus batallas universitarias contra el MURO, tío abuelo del Yunque y de la actual derecha católica mexicana. El conservadurismo intransigente le pinta mantas en su contra, lo calumnia en Roma, lo acecha y hasta amenaza. Vera puede ser generoso incluso con aquellos actores religiosos que lo embisten. Sin embargo, para mi sorpresa, es bastante ortodoxo en lo doctrinal, tiene respuestas más audaces a las realidades seculares que a las religiosas. Pese a ello, fue muy contundente durante nuestras conversaciones, denunciado el clericalismo como un cáncer en la Iglesia. El obispo de Saltillo cuestiona una Iglesia que se siente por encima de la sociedad, aun antes de haber escuchado la crítica a la Iglesia autorreferencial que hizo Francisco. La fórmula de monseñor Vera es sencilla: es una persona honesta y congruente. Vive el evangelio con todas sus exigencias y sabe transmitir con fervor su fe. En su sencilla casa no tiene piscinas ni gimnasios, no aparece en las revistas de sociales; aunque dialoga con todos, no es afecto a asistir a los banquetes junto a los acaudalados, no juega golf ni usa Mercedes como vehículo, tampoco tiene órdenes de aprehensión por millonarios fraudes. Es simplemente un pastor coherente con el evangelio que predica.

Una anotación final. Las conversaciones con Raúl Vera contenidas en el libro se dan en un momento de transición entre dos papas. Al inicio de nuestro diálogo, la voz de Vera era acallada y relegada por la mayor parte de los obispos mexicanos, pues desentonaba y, por tanto, era confinado. Ahora, con el papa Francisco, con todas sus propuestas de renovación, don Raúl está reposicionado y se convierte en referente obligado de un episcopado apático e indolente a seguir el sendero de cambios que propone el actual pontífice.


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Carlos Fernández-Vega: México SA

L

a economía mexicana se ha convertido en un enorme queso gruyere, por cuyos cientos de agujeros la clase político-empresarial que dice gobernar al país se dedica a exportar y a desaparecer, discrecionalmente y sin consecuencia legal alguna, multimillonarias cantidades de dinero del erario y/o generados internamente lo que cancela cualquier posibilidad de que este país crezca y se desarrolle.

A lo largo de los años se ha documentado el permanente saqueo del que son víctimas el país y los mexicanos, y entre los más reciente se cuenta desde la desaparición de 285 mil millones de pesos en deuda pública en el calderonato, pasando por el quebranto y desvío de fondos en su último año en Los Pinos, hasta la exportación de capitales privados en cantidades verdaderamente peligrosas.

¿Cómo ha soportado este país el permanente saqueo público y privado? En la docena trágica panista se despilfarró el ingreso petrolero, que alcanzó un máximo histórico; de las arcas nacionales han salido cualquier cantidad de recursos para salvar y rescatar al capital privado; de allí mismo se ha canalizado no pocos millones para invertir en trasnacionales españolas y para adquirir quebradas empresas de aquella nación, como si internamente se estuviera en jauja.

Exprimen a las instituciones de la banca de desarrollo, sea por la autorización de créditos a empresas privadas –como a Gastón Azcárraga– a sabiendas de que nunca los pagarán, más el monárquico ritmo de vida que mantienen sus directivos (el caso de Enrique de la Madrid en Bancomext es digno de comentario aparte).

De igual forma, se desvían presupuestos, se inflan precios, se pagan obras o servicios inexistentes. Se devuelven multimillonarias cantidades en impuestos, y se dejan de recaudar millones y millones más por los regímenes especiales, los cuales, dicho sea de paso, se autorizaron a cambio de generar empleo formal y estimular el crecimiento económico, lo que, obvio es, ni de lejos ha sucedido.

Como documentó la Auditoría Superior de la Federación, y se reseñó el pasado sábado en este espacio, tan sólo en los dos sexenios panistas la pérdida en la recaudación del erario federal por concepto de regímenes fiscales especiales, exenciones, subsidios y etcétera, etcétera al gran capital fue mayor a 6 billones de pesos, monto equivalente a 40 por ciento del producto interno bruto nacional a precios actuales, y cercano al saldo de la deuda del sector público federal, que al cierre de 2013 alcanzó un máximo histórico de 6.5 billones de pesos. En promedio, anualmente los gobiernos panistas regalaron poco más de medio billón de pesos en impuestos a los grandes corporativos nacionales y foráneos. Pero tales regímenes allí están.

Los mexicanos están endeudados hasta los ojos por obra y gracia gubernamental. Sólo en el sexenio calderonista el saldo de la deuda del sector público federal se incrementó en 2 billones 252 mil 680.8 millones de pesos (la mayoría de ellos para pagar intereses de la propia deuda pública), y de ese total se desconoce el destino de más de 285 mil millones. Desaparecieron, pues.

Descaradamente se roba en el sector cultural, en el educativo, en el de salud, en vivienda, en comunicaciones y transportes, en el sector financiero, en el agro, en el sector económico. Y siempre desaparecen dinero. Donde se presione brota pus, pero no hay un solo responsable, comenzando por el inquilino de los Pinos en turno, ya no en la cárcel –donde obligadamente deberían estar–, sino siquiera con una denuncia penal en su contra. Y la que milagrosamente se llega a presentar (léase por venganza política) termina desechada por falta de pruebas, no obstante la existencia de toneladas de ellas.

Desde hace cinco lustros oficialmente se destinan enormes presupuestos para combatir la pobreza, y en los hechos cada día que pasa hay más pobres en este país. Se aprueban reformas que prometen toneladas de bienestar, cuando éste se mantiene prófugo de la realidad nacional. Con bombo y platillo se anuncian programas de rescate del campo mexicano para incrementar la producción interna de alimentos, y la importación de ellos alcanza niveles espectaculares, y contando.

Y lo peor de todo esto es que nunca pasa nada. Gobiernos van, gobiernos vienen, y entre ellos se registra una lucha feroz por la supremacía en corrupción. La única constante entre ellos es la impunidad.

En el salinato se concesionaron las carreteras al sector privado; en el zedillato se rescataron; en el foxiato se regresaron a los concesionarios rescatados. No fue suficiente que ese rescate se mantenga como un pesado fardo para el erario (más de 160 mil millones de pesos, y contando), porque en el calderonato inflaron presupuestos sectoriales a tal grado que la obra del sexenio (la autopista Durango-Mazatlán) resultó tres veces más costosa de lo originalmente presupuestado, amén de que la inauguró inconclusa.

Y de cereza, allí están los barones y sus exportaciones de capital. Muchos de ellos rescatados por el Fobaproa (que pagan los mexicanos), están hinchados de ganancias generadas aquí, en México, pero que invierten en terceras naciones como si internamente no fuera necesario.

Sobre el particular, entre lo más reciente destaca: en el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, empresas y particulares mexicanos transfirieron a cuentas bancarias en el extranjero recursos por 27 mil 382.8 millones de dólares, cantidad que prácticamente duplicó a la registrada en el primer ejercicio de la administración precedente, de acuerdo con información del Banco de México. Además, empresarios mexicanos enviaron al exterior recursos el año pasado por 9 mil 967.8 millones de dólares destinados a realizar inversiones directas, esto es, en actividades productivas, fuera del territorio nacional. En total, 37 mil 350.6 millones de dólares en apenas un año.

Así, entre lo contabilizado con Fox y Calderón, y el primer año de Peña Nieto, alrededor de 250 mil millones de dólares, generados internamente, han sido exportados por los barones, mientras crece el saqueo en las esferas gubernamentales y el país se hunde cada día más. Eso sí, nunca hay responsables, de un lado ni del otro.

Las rebanadas del pastel

¿Hacia dónde vamos con estas prácticas y este panorama? Al abismo, sin duda, pero nadie pone freno. Muchas cosas se quedan en el tintero por falta de espacio, pero lo cierto es que la clase político-empresarial no tiene llenadera, arrasa, por mucho que el país esté a punto de reventar, porque a ese ritmo no hay quien aguante.

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Luis Hernández Navarro: Venezuela: los burgueses también marchan

Written By Unknown on Rabu, 26 Februari 2014 | 14.11

L

ilian Tintori es una bella rubia, modelo y presentadora de televisión, dueña de una brillante sonrisa. En la muñeca izquierda tiene tatuado el nombre de su país Es, también, madre de dos hijos y esposa del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, hoy tras las rejas. Cuando se comprometió, él se arrodilló y le hizo dos preguntas: ¿te quieres casar conmigo?... ¿Te quieres casar con Venezuela? Ella respondió que sí a las dos.

Lilian es ahora una figura internacional. Su foto en un mitin opositor al lado del ex candidato presidencial Henrique Capriles Radonski, con una camiseta con la leyenda El que se cansa pierde, dio la vuelta al mundo. Apenas un par de días atrás se había quejado: estoy esperando más apoyo de Henrique Capriles... Lo mínimo que pido es que muestre solidaridad como la mostramos nosotros con él cuando estaba en su momento.

Las quejas de la presentadora no son sólo la expresión desesperada de una esposa que duerme cada noche sin su marido, sino muestra de la profunda división que atraviesa la oposición venezolana agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Dos facciones se disputan su conducción. Mientras Capriles apuesta a ganar el poder transitando por la ruta electoral y sumando adeptos entre chavistas descontentos con la crisis económica y la inseguridad pública, el dirigente del partido de ultraderecha Voluntad Popular Leopoldo López, la diputada María Corina Machado y el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledesma han echado a caminar un golpe de Estado.

López y Machado anunciaron el inicio de su campaña de desestabilización política, a la que bautizaron como La Salida, el pasado 23 de enero. No hace falta mucha imaginación para comprender el objetivo del plan: destituir a Nicolás Maduro de la Presidencia de la República y acabar con lo que ellos llaman la dictadura castro-comunista. El 2 de febrero efectuaron la primera movilización de protesta, que terminó convergiendo con el descontento de estudiantes, hijos de familias de clase media y acomodada.

Diez días después –cuenta Manuel Sutherland–, los opositores pusieron las cartas sobre la mesa: tomaron las calles de Caracas con la consigna Saquemos a Maduro, Pongámosle fin a la dictadura de una vez. En la concentración corearon consignas como: Vamos a alzarnos contra este gobierno, Este gobierno va a caer y Maduro es un maldito colombiano.

Cuando la concentración había terminado, un grupo de 600 personas encapuchadas, con bombas molotov, coordinada por medio de radios de onda corta, levantaron barricadas, quemaron vehículos policiales y dispararon armas de fuego.

A partir de ese momento, la ultraderecha aumentó la violencia. Cobijada por una campaña de desinformación internacional en los medios, en la que difundió imágenes dramáticas de hechos represivos acontecidos en otros países como si estuvieran sucediendo en Venezuela, se presentó como víctima de un gobierno autoritario. Para dar un rostro civil a sus planes golpistas, presentó a los estudiantes de instituciones privadas como jóvenes idealistas y justicieros que luchan contra un Estado represivo.

En el camino, trató de ocultar –con poca fortuna– el apoyo financiero y logístico de Estados Unidos a la intentona desestabilizadora, el entrenamiento de organismos que, en nombre de los derechos humanos, se especializan en incubar revoluciones de terciopelo, y la participación de paramilitares colombianos en la asonada.

La salida golpista fue cuidadosamente construida con acciones previas de sabotaje económico, fuga de capitales y desabasto de productos básicos, para propiciar malestar y desaliento.

Pero el plan de la ultraderecha tiene un grave problema: carece de simpatía organizada dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Aunque militares como el general retirado Ángel Vivas han participado en el entrenamiento de grupos de choque opositores, un golpe de Estado como el que intentaron dar en 2012 es inviable. Por eso, la derecha radical busca crear una situación de ingobernabilidad y confrontación social que empuje a un sector del Ejército a deponer a Maduro e imponer el orden. La pretensión de hacer asesinar a Leopoldo López por sus aliados era parte de este proyecto.

¿Por qué un sector de la oposición venezolana optó por buscar un atajo insurreccional para remover a Nicolás Maduro? De entrada, porque ha fracasado por la vía electoral. Esperaban que la muerte de Hugo Chávez fuera el fin del chavismo. Se equivocaron. Maduro triunfó en las elecciones presidenciales, y el llamado del candidato perdedor Capriles a desconocer los resultados naufragó. Lo mismo sucedió en los comicios posteriores: el oficialismo ganó en 240 de las 337 alcaldías. Poco antes, en diciembre de 2012, aún con Chávez vivo, había obtenido 20 de las 23 gobernaciones.

Pero, además, la ultraderecha vio con verdadera preocupación la iniciativa presidencial de normalizar la vida política y tender puentes hacia la oposición y hacia los más importantes empresarios del país, para enfrentar conjuntamente problemas como la inseguridad pública. El camino de la reconciliación fue visto como un peligro para la ultraderecha más rabiosa, que ha hecho de la polarización su apuesta permanente.

El intento de golpe de Estado en marcha ha fracturado a la MUD. Hay quien no está de acuerdo con el atajo insurreccional. Según el opositor Jaime Eduardo Merrick ( El Universal, 22/02/14): No podemos sentirnos orgullosos de ir a la calle y quemar cauchos, causar daños a locales y recibir bombas lacrimógenas. E incluso, si de protesta pacífica se trata, no puede causarnos alegría que nuestras marchas sean típicamente clase media y con consignas dispersas que en ocasiones rayan en lo banal y fatuo.

Pero la apuesta desestabilizadora continúa en pie, como se mantiene viva la disputa por conducir a la oposición. Por eso, Lilian Tintori, casada simultáneamente con Venezuela y con Leopoldo López, advirtió que en estos días la patria despertó y su marido es el líder y guía que su país necesita. Probablemente por eso también el pasado 23 de febrero, en la concentración antichavista de la avenida Francisco de Miranda, Kevin Sosa escribió sobre un papel bond: Los burgueses de El Guaratao también marchamos.

Twitter: @lhan55


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Carlos Fernández-Vega: México SA

T

ranscurrido poco más de un año desde la aprobación de la reforma laboral, el empleo formal que se generaría a raíz de tal legislación se mantiene prófugo de la realidad nacional. Si a ello se añade el creciente deterioro del poder adquisitivo de los salarios y del número de mexicanos que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo, entonces el panorama se torna explosivo.

Hasta ahora las promesas laborales del inquilino de Los Pinos –al igual que de sus antecesores– no trascienden el discurso, y la tasa oficial de desocupación abierta se mantiene en una cota muy superior a la registrada antes del catarrito. De hecho, en lo relativo a la generación de plazas formales el arranque de 2014 fue por demás deprimente (en enero se cancelaron 22 mil 600 mil empleos permanentes y se generaron 27 mil eventuales urbanos), al tiempo que la inflación arrasó con el salario de la mayoría de los mexicanos.

Ayer el Inegi informó que en el primer mes de año que corre la tasa oficial de desocupación fue de 5.05 por ciento de la población económicamente activa, contra 5.42 por ciento en igual mes de 2013. De diciembre del año pasado al cierre de enero del presente, dicho indicador pasó de 4.8 a 4.81 por ciento, pero en ambos casos esos niveles superan, por mucho, los registrados antes de la crisis 2008-2009, la cual, según la versión oficial, ya se superó. Lo mismo sucede cuando sólo se consideran las 32 principales áreas urbanas del país, donde la tasa oficial de desocupación llegó a 6.52 por ciento, contra 6.37 por ciento de un año antes.

Tampoco se ha resuelto el gravísimo problema que registran los mexicanos con mayor nivel de instrucción. Muchos de los egresados de preparatorias y universidades a duras penas concluyen sus estudios, con una elevadísima presión económica, sólo para toparse con un mercado laboral incapaz de garantizarles empleo, y cuando se les abre una rendija, por pequeña que sea, la oferta salarial resulta verdaderamente insultante.

En este contexto, el Inegi detalla que en enero de 2014 el 76.4 por ciento de los desocupados registraron los mayores niveles de instrucción escolar y una subocupación de 56.9 por ciento. El 23.6 por ciento restante no contaba con estudios completos de secundaria. Así, a mayor nivel académico, mayor desocupación. Mientras, la informalidad sigue tan campante, con todo y el programa gubernamental para formalizar el empleo.

Por el lado del ingreso, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados advierte que en el cuarto trimestre de 2013 empeoró la distribución entre las personas ocupadas: la proporción que ganaba de cero a tres salarios mínimos fue de 57.9 por ciento, y el de aquellos que obtenían más de cinco salarios mínimos resultó de 7.3 por ciento. Ello contrasta negativamente con la información al cierre del segundo trimestre de 2008, previo al estallido oficial de la crisis, cuando la proporción de personas que ganaban de cero a tres salarios mínimos era de 55.7 por ciento, y las que ganaban más de cinco salarios mínimos, de 11.6 por ciento.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, detalla el CEFP, en el cuarto trimestre de 2013 los trabajadores ocupados tuvieron un ingreso nominal promedio de 5 mil 799.9 pesos mensuales, lo que equivale a una caída real anual de 2.8 por ciento. Comparado con su nivel más alto alcanzado previo a la crisis (segundo trimestre de 2008), los ingresos mensuales acumulan una reducción real de 16.2 por ciento, señala.

El crecimiento de la población ocupada remunerada no ha podido compensar la caída de los ingresos, lo que se ha traducido en un deterioro de la masa salarial, determinante del consumo nacional. De octubre a diciembre de 2013 el número de trabajadores remunerados creció 2.6 por ciento anual, al tiempo que los ingresos reales disminuyeron en 2.8 por ciento. De esta manera, el mayor número de trabajadores no ha podido neutralizar el descenso en los ingresos reales, provocando que el ingreso disponible se redujera 0.3 por ciento en términos reales.

Así, la desaceleración experimentada en el mercado laboral explica de manera significativa la caída en la demanda interna. De hecho, al cierre de 2013 el ingreso real promedio, de acuerdo con el CEFP y el Inegi, resultó el más reducido desde, cuando menos, finales de 2005.

Otra joya es que el precio de los alimentos repuntó, y su variación anual igualó a la de la inflación general; el índice de los alimentos pasó de un incremento de 2.7 por ciento en septiembre de 2013 a 3.97 por ciento en diciembre, y para enero de 2014 terminó en 4.89 por ciento. En tanto que la inflación de la canasta básica también se elevó y se ubicó por arriba de la general: de 4.47 a 5.2 por ciento en el periodo referido, e inició 2014 en 6.17.

Y de cereza, al cierre de 2013 el índice de la tendencia laboral de la pobreza, elaborado por el Coneval, se ubicó en un máximo histórico, lo que traducido al castellano simple quiere decir que no ha dejado de crecer el número de mexicanos que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo. Lo anterior, como resultado de miserables incrementos al salario y generosísimo aumento en los precios de la canasta alimentaria, la cual establece la línea oficial de bienestar mínimo (para el medio urbano el aumento fue de 25.51 por ciento, para el rural, de 25.36).

En todo esto se junta lo roto con lo descosido y se arma un coctel explosivo: no se genera empleo en el sector formal de la economía, el salario de la mayoría de los mexicanos es rotundamente insuficiente, los aumentos verdaderamente miserables y la inflación avanza a paso veloz. Entonces, mientras no se resuelva todo esto, sólo empeorarán las cosas, por mucho que El Chapo esté en chirona y el ministro del año presuma que en México no hay problemas macroeconómicos.

Las rebanadas del pastel

El barón se pinta solo: "Grupo México, de Germán Larrea, contrató una sicóloga para que hable con las viudas de los mineros de Pasta de Conchos y las convenza de que 'dejen de lado lo malo que les ha pasado'… Apenas da una 'beca' de 600 pesos para sus hijos, y reciben pensiones del IMSS de mil 800 pesos al mes, en promedio. A Elizabeth, el Infonavit le quiere quitar su casa porque no tiene para pagar y tampoco cuenta con el acta de defunción de su marido, que es el documento que le pide el instituto para poder cancelar la deuda. 'Ni siquiera puedo tener esa acta', relata" (La Jornada, Patricia Muñoz). Entonces, es el empresario quien urgentemente necesita atención sicológica.

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Teresa del Conde: Alejandro Nava: in memoriam

E

n la madrugada del 20 de febrero falleció en Zacatecas, su ciudad natal, el pintor Alejandro Nava, quien se ganó la admiración, el afecto y la solidaridad de sus colegas y de todas las personas que por alguna razón le fueron próximas. Tenía 57 años y pese a su enfermedad contra la que libró una valiente batalla de varios años, se mantuvo en activo.

Aunque era fundamentalmente pintor y grabador, incursionó también en la escultura monumental, uno de cuyos notables ejemplos fue la que construyó para Laboratorios Pisa, en Guadalajara, Jalisco, o las que se encuentran en algunas zonas de la ciudad capital, una de las cuales, vecina del museo Goitia, está hecha en cerámica.

En grabado tuvo múltiples logros en varios medios, pues además de la incuestionable valía de su producción –que continúa la tradición gráfica zacatecana de artistas como su colega de mayor edad Ismael Guardado–, Nava fue uno de los fundadores e impulsores del taller Julio Ruelas.

Dicho taller funcionó hasta hace algunos años, además, como centro cultural y mediante el poder de convocatoria que tuvo Alejandro, en más de una ocasión se convirtió en centro de debates artísticos y de políticas culturales.

En ceremonia íntima a la que asistieron sus familiares, amigos y colegas zacatecanos, Alejandro Nava fue velado en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, donde está representado con obras que son características del periodo en el que abrazó con singular ímpetu la no representación en obras de todos los formatos, incluyendo polípticos de grandes dimensiones en los que acostumbraba seguir una determinada secuencia tanto compositiva como colorística.

No por ello abandonó del todo la figuración, de la que ha ofrecido múltiples ejemplos que algunos conocemos mayoritariamente a través de sus grabados en diferentes técnicas, aunque también en pinturas que han sido exhibidas, entre otros sitios, en el Mexican Fine Art Center Museum de Chicago, Illinois, y al menos en dos ocasiones en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México, así como en otras ciudades, señaladamente la afamada Galería Quetzali de Oaxaca.

Educado en un principio en Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí, reafirmó su entrenamiento plástico al adscribirse a La Tallera (el taller de Cuernavaca que fundó Siqueiros, vigente hasta la fecha, en el que hoy trabaja proyectos murales el pintor Rafael Cauduro) permaneció allí entre 1977 y 1978, lapso en el que colaboró activamente en el Encuentro de Arte Joven de Aguascalientes, no sólo mediante su propia participación, sino alentando la de otros jóvenes zacatecanos.

Hace aproximadamente cinco años, le fue diagnosticado un cáncer que según se dijo inicialmente amenazaba con acabar su existencia a los pocos meses. Fue remitido al hospital Salvador Zubirán, de esta ciudad, donde gracias al apoyo recibido de unos de sus más asiduos coleccionistas de Guadalajara, fue tratado químicamente por todos los medios disponibles.

Su médico de cabecera, Jorge Kasep, aparte de la efectiva ayuda terapéutica, le brindó una amistad que perduró hasta el momento de su despedida final, cuando el propio Alejandro decidió que se le trasladara a Zacatecas al conocer un reavivamiento del mal que padecía, posterior al trasplante de médula al que se sometió en fecha relativamente reciente. Hospitalizado, llevó a cabo una pintura de 1.50 por 2 metros en colores se dice que intensos a la vez que sombríos, dejándola como recuerdo al hospital. La firmó la víspera de su muerte, ante la presencia del director del mismo.

Durante el largo periodo que mantuvo denodada lucha, incluso radicándose en el Distrito Federal para mejor proseguir con sus tratamientos, logró al menos en un par de ocasiones mantener su costumbre de pasar unos meses de verano en Europa, aprovechando el alojamiento que le brindaba un colega suyo ausente de París durante el verano, con objeto de visitar museos y galerías en Francia y en otros países e incluso de planificar exposiciones algunas de las cuales lograron llevarse a cabo.

Alejandro Nava es ejemplo de una tradición zacatecana que ha rebasado las fronteras no sólo regionales, sino nacionales a través de artistas como Francisco Goitia dentro de la corriente nacionalista o Manuel Felguérez y los hermanos Pedro y Rafael Coronel.

Nava merece no sólo que se le recuerde, sino que se le inserte en la historia del arte mexicano como continuador, aunque esperamos que no epígono, de esa raigambre de pintores nacidos en esa capital pródiga en bellísimos museos y en alta tradición cultural, tanto literaria como artística de la que fue testigo, entre otras personas ya desaparecidas, el muy recordado Guillermo Tovar y de Teresa.

Sobreviven a Alejandro Nava su esposa Silvia y sus hijos Diego y Ximena Nava Torres, a quienes desde aquí expresamos no sólo nuestras condolencias personales sino igualmente las de otros colegas, amigos y coleccionistas del artista.


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Editorial: EU: gasto militar, reducción engañosa

E

l secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, anunció ayer una disminución histórica del ejército estadunidense, el cual quedará reducido a unos 450 mil efectivos, de los 520 mil con los que cuenta actualmente. Alcanzará así la menor cantidad de elementos desde 1940. Asimismo, el funcionario informó que la fuerza aérea eliminará su vieja flota de aviones de ataque A-10, a fin de concentrar los recursos en el desarrollo del cazabombardero de quinta generación F-35.

Tales medidas no sólo obedecen a los cambios en las prioridades estratégicas de la superpotencia, sino también a la necesidad –impuesta por el Congreso– de disminuir su astronómico presupuesto de defensa, el cual ha pasado de más de 600 mil millones de dólares –en los tiempos de George W. Bush y la guerra contra Irak– a sólo 500 mil millones, que es la suma para el año fiscal 2015.

La primera razón, la de las prioridades estratégicas, no sólo se refiere al desplazamiento geográfico de lo que Washington considera amenazas potenciales del Atlántico a la región Asia-Pacífico sino, sobre todo, a la transformación de las modalidades de la guerra: la eficiencia de los medios militares ya no reside en enormes concentraciones de hombres, artillería, transportes terrestres, aeronaves y navíos, sino, primordialmente, en la complejidad tecnológica de los sistemas de armas y en la capacidad de obtención, procesamiento, integración, almacenamiento, protección y transmisión de ingentes cantidades de datos.

Es ilustrativo a este respecto el énfasis que la administración Obama ha puesto en el diseño y la producción de aviones no tripulados, el desarrollo de munición inteligente y la expansión de redes de espionaje masivo como la que puso al descubierto Edward Snowden.

Pero, en términos generales, la maquinaria de guerra del país vecino sigue siendo una estructura monstruosa e hipertrofiada que cuesta ingentes cantidades de dinero a los contribuyentes, que representa una permanente amenaza para la soberanía y la paz de muchas naciones y que, lejos de garantizar la seguridad de los estadunidenses, la pone en constante riesgo.

Por otra parte, a juzgar por programas como el del ya mencionado cazabombardero F-35 –cuyo costo por unidad se calcula entre 153 y 200 millones de dólares, y cuya utilidad real en combate ha sido puesta en duda por numerosos expertos–, da la impresión de que la prioridad del Pentágono no es defender al país de amenazas fantasmagóricas e inciertas, sino asegurar altos rendimientos a los accionistas de las empresas fabricantes de armas.

Por lo demás, el gasto militar estadunidense sigue siendo, por mucho, el más elevado del mundo en montos totales y uno de los más altos en proporción al producto interno bruto. El presupuesto del Pentágono representa más de 40 por ciento del dinero que se destina en el planeta a medios de guerra, por encima de la porción china (8.2 por ciento), rusa (4.1 por ciento), inglesa (3.6) y francesa (3.6). Esto significa que Washington gasta en sus fuerzas armadas el doble que todos los otros integrantes fijos del Consejo de Seguridad de la ONU juntos.

Desde esta perspectiva, los recortes al presupuesto militar, las reducciones de elementos y equipos y la reorientación de los gastos anunciados ayer por Chuck Hagel no implican, de ninguna manera, que Washington haya modificado un ápice su tradicional actitud belicista, sus afanes hegemónicos o sus pulsiones históricas a las incursiones armadas en contra de otras naciones; se trata, simplemente, de cambio de medios para los mismos fines.


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Pedro Salmerón Sanguinés: La mentira en la historia de Estados Unidos

U

tilizar la historia o el mito para justificar las peores barbaridades, inventar esencias o necesidades y construir ideas de raza o nación, ha sido práctica común desde que existe la organización social basada en la opresión. Los imperios que se consolidaron en la época moderna, cuyas élites siguen dominando la economía mundial, no hicieron otra cosa para legitimar sus conquistas y genocidios. Un ejemplo muy claro de la manipulación de la historia lo presenta la construcción ideológica de Estados Unidos y su excepcionalidad.

Según esa idea, Estados Unidos tiene el derecho, sea por sanción divina o por obligación moral, de brindar civilización, democracia o libertad al resto del mundo, mediante la violencia si es necesario. Complementa esa idea otra, según la cual Estados Unidos tiene el destino manifiesto de expandirse por todo el continente y, posteriormente, llevar al mundo nuestro gran cometido de libertad y autogobierno (Howard Zinn, La Jornada, 27 y 28/7/05).

Esas ideas, que en sí no son muy distintas de las justificaciones divinas, raciales o ideológicas que otros imperios o estados totalitarios han usado para legitimarse, están en la base de un gigantesco proceso de falsificación de la historia.

La derecha estadunidense combate a quien cuestione esos mitos convertidos en dogmas: En los años treinta, los libros de texto que no fuesen de un patrioterismo conservador eran denunciados, prohibidos o quemados. Durante la guerra fría la persecución ideológica arreció. En las universidades se combinó la represión selectiva con la corrupción generalizada, es decir, la investigación a sueldo para justificar las políticas de guerra, agresión y contrainsurgencia:

Así se construyó una visión del pasado de los Estados Unidos como una historia de consenso, basada en las doctrinas del excepcionalismo norteamericano y del Destino Manifiesto, y en el mito de la conquista triunfante del oeste, que omitía cualquier mención sobre la raza, esclavitud, conquista de los pueblos nativos y restricciones opresoras sobre muchos grupos marginalizados incluyendo las mujeres (Josep Fontana, Historia: análisis del pasado y proyecto social [edición de 1999], pp. 264-266).

Al mismo tiempo, la teoría de la modernización sostenía que el milagro estadunidense, donde los planteamientos del marxismo no es que fueran equivocados, sino totalmente irrelevantes, podía repetirse en los países subdesarrollados, si seguían las mismas reglas que habían observado los norteamericanos.

Dichas reglas, impuestas por la combinación del poder económico y militar, se resumen en dos: libre mercado y sujeción a la economía estadunidense. Hannah Arendt lo explica con claridad prístina:

"Cuando se nos decía que la libertad era para nosotros la libre empresa, fue muy poco lo que hicimos para destruir tan enorme falsedad [...] Hemos afirmado que en los Estados Unidos la riqueza y el bienestar económico son los frutos de la libertad, pese a que debiéramos haber sido los primeros en saber que ese tipo de felicidad constituía la bendición de América con anterioridad a la Revolución y que su razón de ser era la abundancia natural bajo un gobierno moderado y no la libertad política ni la iniciativa privada, libre y sin freno, del capitalismo, el cual ha conducido en todos los países donde no existían riquezas naturales a la infelicidad y a la pobreza de las masas. En otras palabras, la libre empresa sólo ha sido una bendición para Estados Unidos" (Arendt, Sobre la revolución, p. 357).

La historia oficial en Estados Unidos tiene ese sentido. Dice Howard Zinn: Se puede mentir como un bellaco sobre el pasado. O se pueden omitir datos que pudieran llevar a conclusiones inaceptables.

Los manuales escolares omiten las diferencias de clases, la esclavitud, las guerras de conquista; omiten también las razones económicas, geográficas y demográficas que permitieron que Estados Unidos se convirtiera en imperio. Es una historia que, reduce el pasado a los encuentros y desencuentros, heroísmos e infamias de un grupo de elegidos, que por regla general son blancos, machos, militares y ricos, dice Eduardo Galeano sobre el libro de Zinn ( La otra historia de los Estados Unidos, p. 17. La cita de Galeano en cuarta de forros).

Frente a esto, las historias oficiales de los totalitarismos parecen burdas e ineficaces. El nazismo se apoyó en una de las mayores mentiras ideológicas de la modernidad: la diferencia de raza; y apoyado en ella, perpetró uno de los más atroces crímenes colectivos de la historia. Pero su mentira duró 12 años como política de Estado. El estalinismo falseó la historia de manera sistemática. Pero su dictadura historiográfica se derrumbó al cabo de un cuarto de siglo.

La mentira sistemática con la que Estados Unidos justifica sus guerras de agresión y la imposición de sus modelos económicos al mundo, lleva más de dos siglos vigente.

Twitter: @salme_villista

psalme@yahoo.com


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Carlos Fernández-Vega: México SA

Written By Unknown on Sabtu, 01 Februari 2014 | 14.11

E

n el gobierno federal están muy contentos porque en 2013 la inversión extranjera directa (IED) en México alcanzó un máximo histórico, lo que, según sus voceros, es muestra fehaciente de la confianza que existe en el país, sus dirigentes y sus instituciones. Resulta envidiable el entusiasmo gubernamental, aunque refleja la recurrente práctica en las altas esferas oficiales, es decir, el juego del tío Lolo.

De acuerdo con información de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, Monitor de las tendencias globales de inversión, 28 de enero de 2014), la IED captada por México en el año recién concluido habría sumado alrededor de 38 mil millones de dólares, siete posiciones arriba con respecto a 2012, lo que al cierre de 2013 ubicaría a nuestro país en el escalón número 12 a escala internacional, arriba de España (con 37 mil millones), debajo de Australia (40 mil) y muy lejos de Brasil (63 mil).

Pues bien, 38 mil millones de billetes verdes es mucho dinero, sin duda, pero en la euforia gubernamental cómodamente se deja a un lado que el citado máximo histórico es resultado de la venta del Grupo Modelo (entre 18 mil y 20 mil millones de dólares) a la trasnacional belga-brasileña Anheuser-Busch InBev, que concentra cerca de 30 por ciento del mercado mundial cervecero, la cual llegó a México no a generar riqueza adicional, sino a comprar la existente en un mercado controlado por dos empresas, amén de que lo primero que hizo fue recortar personal en dicho corporativo otrora nacional para maximizar utilidades.

Si se descuenta tal adquisición, la IED en 2013 rondaría los 18 mil millones de dólares, de tal suerte que el máximo histórico no es más que otra sesión de maquillaje para demostrar lo bien que va el país y lo resultón que es el gobierno federal. De cualquier suerte es necesario cribar este último monto, pues la mayor parte la constituye la reinversión de utilidades (ganancias generadas aquí, en la economía mexicana con dinero de los mexicanos) y las cuentas entre compañías (uno de los mecanismos de evasión fiscal más utilizados por los inversionistas foráneos).

En eso de jugar al Tío Lolo es imposible dejar a un lado el show que en 2001 y en el mismo tono armó Vicente Fox, cuando presumió un máximo histórico en IED, aunque alrededor de la mitad fue resultado de la venta (12 mil 500 millones de dólares, libre de impuestos) de Banamex (una vez saneado por el erario) a la trasnacional financiera Citigroup. Como en el caso del Grupo Modelo, el nuevo propietario llegó a recortar la plantilla de personal y a incorporar a los sobrevivientes al outsourcing. Y también está el caso de Bancomer, adquirido por la trasnacional española BBVA, que aumentó la IED en alrededor de 4 mil 100 millones de dólares y actuó en el mismo sentido que Citigroup.

Todo para que al final de cuentas, como ha documentado la Cepal, las trasnacionales multipliquen sus utilidades sin mayores beneficios para las economía receptoras: "los beneficios que las empresas trasnacionales obtienen de sus operaciones en América Latina y el Caribe se incrementaron 5.5 veces en nueve años, pasando de 20 mil 425 millones de dólares en 2002 a 113 mil 67 millones en 2011. El crecimiento tan marcado de estas utilidades –también denominadas renta de IED– tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión extranjera directa sobre la balanza de pagos. La evidencia para América Latina y el Caribe muestra que durante los últimos años los egresos registrados como renta de IED alcanzaron casi el mismo nivel (92 por ciento) que los ingresos de tal inversión".

La Unctad lo resume así: "la corriente de inversión extranjera directa hacia América Latina y el Caribe aumentó 18 por ciento en 2013 –cuarto año consecutivo de crecimiento–, alcanzando un estimado de 294 mil millones de dólares. Mientras en anteriores años el crecimiento de IED a la región fue impulsado en gran medida por América del Sur, en 2013 América Central y el Caribe fueron los principales receptores de crecimiento de la IED (aumentos de 93 y 38 por ciento, respectivamente). Los flujos hacia América del Sur disminuyeron 7 por ciento. En México los 18 mil millones de dólares por la compra de Grupo Modelo explican la mayor parte del aumento de Centroamérica de la IED, mientras el fuerte aumento en el Caribe se debió principalmente a las Islas Vírgenes Británicas", uno de los mayores paraísos fiscales del mundo.

Como el gobierno ya no tiene bienes para vender, se le acabaron las fichas (la venta de garaje cerró sus puertas tras la modernización petrolera), entonces ahora se ve en la necesidad de presumir las operaciones privadas de compraventa y sumarlas alegremente a la cuenta de inversión extranjera directa para alcanzar inexistentes máximos históricos y maquillar lo mucho que lo quieren, respetan y confían en el extranjero. Así es: 38 mil millones de dólares que en automático se reducen a 18 mil, los que a su vez se recortan a una tercera parte por ser ésta la que representa el capital fresco, la nueva inversión, o la inversión real, que se registra en un periodo dado, misma que no impacta en el crecimiento económico, en la generación de empleo formal ni en la captación fiscal, por sólo mencionar algunos renglones.

En fin, mientras el gobierno mexicano es feliz con su máximo histórico, la Unctad reporta que los flujos de IED hacia los países desarrollados parecen recuperarse, con estimaciones preliminares que muestran un crecimiento de 12 por ciento en 2013. Sin embargo, el panorama es mixto, pues a pesar de los signos positivos en algunas regiones de los países desarrollados, los flujos de IED hacia Estados Unidos no lograron revertir su declive. A pesar de que la tasa de crecimiento de IED hacia los países desarrollados fue el doble en comparación con los países en desarrollo, el monto no fue suficiente para recuperar su posición como principales receptores. En algunas naciones de la Unión Europea se registraron alzas en el citado indicador, como resultado de su oferta de ambiente e impuestos amigables a la inversión.

Las rebanadas del pastel

Alegraos, mexicanos pagadores, que mañana arranca el segundo mes del año, y junto con él el segundo gasolinazo de 2014, más el respectivo incremento al precio del gas. Los combustibles, esos sí de verdad, en máximos históricos, sin comillas.

Twitter: @cafevega

D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com


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Editorial: Cartera vencida e irresponsabilidad

D

e acuerdo con cifras reportadas ayer por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el monto de los créditos bancarios no pagados ascendió a 102 mil 145 millones de pesos en diciembre pasado, un incremento de 46.6 por ciento en comparación con la cantidad registrada en 2012, lo que coloca a la cartera vencida en su máximo nivel en una década. Otras cifras difundidas recientemente por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) revelan que uno de cada nueve créditos otorgados por los bancos del país está en moratoria de pagos, circunstancia atribuida por ese organismo a un problema de insuficiencia de ingresos o de sobrendeudamiento para la economía de muchas familias.

En forma significativa, semejante crecimiento en la morosidad de los préstamos bancarios se produjo en el mismo año en que las instituciones financieras que operan en nuestro país –la mayoría de las cuales forman parte de grandes consorcios internacionales– registraron ganancias por 107 mil 73 millones de pesos, cantidad que superó en 20 mil 384 millones a las obtenidas en 2012. Para ponderar la importancia que el mercado nacional tiene para esas compañías, debe señalarse que la filial mexicana del banco BBVA reportó a su matriz española 40 por ciento del total de sus utilidades globales durante los primeros trimestres del año pasado.

La aparente contradicción entre el crecimiento sostenido de la cartera vencida y el aumento exorbitante en las ganancias de los bancos en el país tiene como factor explicativo la persistencia de malas prácticas de los segundos, como queda de manifiesto con la aplicación por la Condusef de 256 multas por 32 millones de pesos a siete instituciones financieras en el país debido a diversas irregularidades, muchas de ellas relacionadas con la emisión desenfrenada de tarjetas de crédito.

En efecto, el sobrendeudamiento personal y familiar aludido por las autoridades en la materia está motivado principalmente por la irresponsabilidad de las propias instituciones financieras que, en su afán frenético de obtener ganancias económicas, han incurrido en prácticas como la colocación desmedida de plásticos, los cuales privilegian el endeudamiento de los usuarios por sobre el financiamiento de las actividades productivas y tienden a incrementar los niveles de morosidad y, por ende, la inestabilidad y riesgo financiero. A la postre, los costos de esa irresponsabilidad son transferidos a los propios usuarios a través de tasas de interés leoninas y de comisiones exorbitantes, rubros que explican en buena medida los márgenes de utilidad de los bancos y las dificultades crecientes de los deudores para mantenerse al día en sus pagos.

Con estas consideraciones en mente, es claro que la corrección de los vicios y las conductas depredadoras de la banca en el país no pasa por la aplicación de correctivos como las multas mencionadas, mucho menos cuando éstas representan una ínfima parte de los márgenes de utilidad obtenidos por las instituciones financieras. Se requiere, en cambio, de la aplicación de medidas de control y regulación oficial de esas instituciones que, hoy por hoy, tienen en México un mercado de rapiña, mucho más ventajoso que en sus entornos de origen, y que es alentado por la actitud omisa de las propias autoridades.

La fe ciega de los gobiernos neoliberales en los principios de autorregulación y libre competencia puede resultar muy costosa para las economías nacionales, como quedó demostrado con el colapso del sistema financiero estadunidense y con la crisis económica que se vive en diversos países europeos. Si no se modifica en forma sustancial el marco legal que ha permitido las distorsiones enunciadas en el sistema financiero mexicano, y si no se adoptan medidas de asistencia y protección a los usuarios de los servicios financieros –particularmente a los deudores–, se corre el riesgo de que el país asista a un nuevo quebranto económico severo.


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Maciek Wisniewski*: Ucrania: entre el dominio ruso y la UE

L

a verdadera tragedia de Ucrania no es que el mal gobierno no le deja ir a Europa: es estar atrapada entre dos potencias con proyectos fuertemente cuestionables –aunque, por cierto, diametralmente diferentes– que ven a este país no como un socio, sino una pieza en un juego geoestratégico, un gran mercado y una fuente de recursos.

Por un lado está Rusia de vuelta con la misma mentalidad y aspiraciones imperiales que hace unos 100 años en la época de los zares, con pocas diferencias entre Vladimir Putin y Nicolás II en cuanto al respeto a las libertades o los derechos humanos y con la estrategia de mantener cerca las ex repúblicas soviéticas mediante los gobiernos controlados desde Moscú. Ucrania, cuya independencia es tratada por Rusia con desdén –Kiev fue la cuna de la cultura rusa–, es la joya en esta corona.

Por otro, la Unión Europea (UE), sumergida en una profunda crisis económica, social y de identidad, que tras la incorporación de los países bálticos (un cuerpo extraño en la anatomía de la URSS) lanzó una agresiva política para ir arrancando las demás ex repúblicas de la órbita de Rusia (una estrategia con un componente militar mediante la OTAN, que sufrió el primer revés en 2008 durante la guerra en Georgia). Con una mentalidad casi colonial, sin tomar en cuenta las particularidades y diferencias entre un país y otro, operando con un modelo que funcionó con Lituania, Letonia y Estonia, en vez de ocasionar un gran cambio geopolítico, como esperaba, llegó –creando de paso conflictos con Rusia– a una pared con su imperialismo blando, una estrategia que podría denominarse también como neoprometeísmo.

El prometeísmo –del mítico Prometeo: una acción heroica, noble– fue un proyecto político, concebido por el mariscal polaco Józef Pilsudski (1867-1935) ya a principios del siglo XX, y desarrollado en los años 20 y 30, cuando se acuñó el término. Implicaba arrancar de Rusia –sea del Imperio de los zares o de la Unión Soviética– los territorios habitados por las naciones no rusas (ucranianos, georgianos, armenios, etcétera) amenazadas por ésta; apoyar sus aspiraciones independentistas y ayudar en la formación de los Estados soberanos que serían aliados naturales de Polonia, fortaleciendo su posición y formando parte de una futura Federación Intermarium. Aunque el prometeísmo se convirtió en una política exterior oficial y militar de Polonia y un bien organizado movimiento trasnacional (una internacional anticomunista, en palabras del historiador derechista Timothy Snyder), ya en el principio sufrió un golpe mortal: si más bien Pilsudski salió victorioso de la guerra polaco-soviética (1919-1921), derrotando al Ejército Rojo y la famosa Konarmia de Budionny cerca de Varsovia, fracasó en establecer la Ucrania independiente, un necesario espacio intermedio entre Polonia y Rusia, dejando a los ucranianos a su suerte. Como apunta Andrzej Garlicki, uno de los máximos expertos en la Segunda República Polaca (Druga Rzeczpospolita), el prometeísmo resultó ser un fracaso: sobrevaloró el potencial de derrotar a la URSS desde adentro, perdió el significado ante la creciente amenaza de Hitler y quedó siendo un mito sin posibilidades a realizar (véase: Siedem mitów Drugiej Rzeczypospolitej, Varsovia 2013, pp. 62-101).

No obstante esto, hace unos años, ya en un nuevo contexto geopolítico, la idea fue reciclada por la diplomacia polaca en el foro europeo y convertida en la política institucional de la UE. La Asociación Oriental, elaborada en colaboración con Suecia, fue inaugurada en 2009 y dirigida a Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania. Los primeros tres países no entraron al juego, optando por la cercanía con Rusia. Georgia y Moldavia firmaron los convenios (muy) iniciales con la UE, pero el verdadero fracaso ha sido Ucrania, cuyo aislamiento de Moscú es el principal objetivo de la UE/OTAN (ya hace unos años Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Seguridad Nacional de James Carter, dijo que Rusia sin Ucrania es un Estado normal; con ella es un imperio). El país ya estuvo a punto de firmar un acuerdo del libre comercio con Bruselas en la cumbre de Vilna (28-29/11/13) –la UE nunca le prometía la membresía completa, ni ahora ni en un futuro cercano– cuando el presidente Víctor Yanukovich dio marcha atrás, y siguiendo la habitual política de Kiev de balancear entre las dos potencias aceptó, urgido por la mala situación económica, la oferta financiera de Putin. Argumentaba que el tratado era dañino, no recompensaba los costos de un posible embargo ruso (además de que implicaba, entre otros, cumplir con los criterios de austeridad que... tienen estrangulada a la misma UE). El neoprometeísmo, capaz de ofrecer a Ucrania sólo pura mitología europeísta (asegurándose los beneficios económicos y no proponiendo ni siquiera el libre tránsito para los ucranianos) quedó en pedazos.

Triunfaba Rusia, que redobló la presión sobre Kiev para que –junto con Bielorrusia y Kazajstán– entrara a la Unión Aduanera, parte de la futura Unión Euroasiática (2015), un proyecto resistido tanto por los políticos ucranianos como por los oligarcas que temen a los barones rusos. Putin, en medio de una grave crisis política que estalló en Ucrania –que empezó con manifestaciones proeuropeas pacíficas y acabó en choques violentos cuando las protestas fueron dominadas por los sectores ultranacionalistas y fascistas– durante la 32 cumbre UE/Rusia (28/1/14), advirtió otra vez a Kiev de no firmar nada con la UE y a Bruselas de mantenerse lejos. Espetó que hubiera sido inimaginable que un canciller ruso llegase a las protestas antieuropeas en Grecia o en Chipre e hiciera cosas que hoy hace la diplomacia europea en Ucrania.

Las protestas contra Yanukovich expusieron claramente los riesgos del balance entre las dos potencias. No mejoraron, sin embargo, de ninguna manera las opciones de Ucrania.

* Periodista polaco


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Julio Hernández López: Astillero

Foto

GRITO MÁS FUERTE CONTRA LA REFORMA ENERGÉTICA. El actor Daniel Giménez Cacho, del colectivo Grito Más Fuerte, muestra los papeles con las cinco mil firmas en demanda de la consulta popular sobre la reforma energética, que se le entregaron ayer a Cuauhtémoc Cárdenas, en el Monumento a la RevoluciónFoto Cristina Rodríguez

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úpulas de la izquierda mexicana libran una feroz batalla en busca de precisar a quién le corresponde la mayor responsabilidad en la derrota histórica frente al reformismo peñista, en especial en cuanto a lo petrolero. Con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como punta de lanza, el flanco perredista ha hecho una invitación taimada al dirigente de la otra porción principal en contienda, la encabezada por el moreno Andrés Manuel López Obrador, para que acepte sumarse a una peculiar marcha del sol azteca, por las soberanías alimentaria y energética, que se realizará hoy del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino tan súbitamente disponible para este tipo de protestas que la tradicionalmente inamovible Secretaría de la Defensa Nacional accedió amablemente a suspender las tareas instaladoras de la exposición Fuerzas armadas, pasión por servir a México, que se estrenará el 8 del mes en puerta, pero que desde ahora mantenía ocupada con personal y materiales la plancha de la plaza pública más significativa del país, sustraída con múltiples justificaciones durante la administración mancerista a su condición histórica de punto de convergencia de manifestaciones y caminatas de corte político.

La invitación a AMLO para rencontrarse con sus antiguos compañeros de partido fue firmada por Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, aparte del ex gobernador de Michoacán. El planteamiento parece contundente: en las circunstancias actuales es necesario dar un mensaje contundente de unidad. Vamos a unirnos, vamos a sumarnos más allá de nuestras diferencias, guiándonos con lo que decía Vicente Guerrero: la patria es primero, exhortan los tres fundadores del PRD a quien ahora concentra sus mejores esfuerzos en la construcción de un partido, Morena, que desde ahora pelea membresía y posiciones a la organización presidida por Jesús Zambrano.

Ya se verá hoy si tan sentida propuesta unitaria constituyó un adelanto concertado, una suerte de avanzada epistolar, proveniente de negociaciones discretas, para abrir paso a ese rencuentro de personalidades en larga pugna (lo que sentaría antecedentes de convergencia pragmática rumbo a las elecciones de 2015, todo adscrito a la máxima izquierdista tan famosa como promotora y encubridora de múltiples aberraciones, la de conseguir Unidad a toda costa). Pero, si no hay tales entendimientos, entonces la invitación mencionada constituiría una envenenada maniobra en busca de poner en evidencia a López Obrador como responsable de la división de la izquierda que, según eso, habría facilitado los golpes peñistas y ahora estaría dificultando la instauración de proyectos de reversión del entreguismo petrolero.

Los indicios disponibles hasta la víspera mostraban a un AMLO reacio a volver a marchar con quienes ha señalado tajantemente como corresponsables de los avances peñistas, etiquetación genérica que no cambia por el hecho de que tácticamente los dirigentes del PRD hubiesen votado en contra de una reforma energética que de manera sesgada han seguido apoyando aunque en ese paquete de simulaciones a modo se incluyan marchas, manifestaciones y declaraciones tan incendiarias en apariencia como intrascendentes en el fondo (la consulta popular es una bandera de índole electoral para 2015 más que una oportunidad verdadera de echar abajo lo que Los Pinos ya está consolidando jurídica y políticamente por gobiernos y empresarios extranjeros).

Aun cuando hablaba sobre 2015, López Obrador dijo ayer en Tabasco que a esas andanzas electorales no irá con el PRD, pues los dirigentes de éste nos entregaron, nos vendieron al gobierno de Peña Nieto, y le abrieron la puerta al cobro de los impuestos, nosotros no queremos corruptos en Morena. El dirigente perredista Zambrano, por su parte, advirtió que se habrá de caminar con los que quieran y adelantó que nosotros no somos, en todo caso, los responsables de que no haya plena unidad en este esfuerzo unitario (http://bit.ly/1fmYmji ).

En Jalisco, luego de cuatro horas de operaciones militares y policiacas en el municipio de Zapopan, conurbado con el de Guadalajara, fue detenido Rubén, el hijo del máximo jefe de la plaza, Nemesio Oseguera, apodado Mencho (de tal manera que al junior se le identificaba ayer mediática y extraoficialmente como Menchito). Según esas primeras versiones, el aprehendido ocupaba el segundo lugar en el organigrama de trabajo del cártel Jalisco Nueva Generación, que se hizo del pulverizado mando regional del negocio del narcotráfico luego del asesinato de Ignacio Coronel, el anterior gerente general de la zona.

El CJNG se mantiene asociado al cártel de Sinaloa, pero ya no en los términos de dependencia institucionalizada que en Jalisco se vivía con Coronel respecto a las directrices del bando encabezado por Joaquín Guzmán, el Chapo. Esos aires de relativa independencia le han permitido a los jaliscienses emprender planes de expansión, como los realizados en Michoacán (suministro de armas, financiamiento, logística), combatiendo a sus enemigos, los caballeros templarios. El firme asentamiento del CJNG no contó en su momento con un firme combate (sino todo lo contrario, dicen muchos tapatíos) por parte del gobierno estatal encabezado por el panista Emilio González Márquez.

Esa reducida vocación persecutoria se ha mantenido en la administración del priísta Aristóteles Sandoval, a quien han involucrado en denuncias relacionadas con esos negocios, y en su gabinete están Arturo Zamora, como secretario general, a quien el gobierno federal panista cerró el paso a la gubernatura en 2006 manejando presuntos expedientes oscuros, y el fiscal general del estado, Luis Carlos Nájera, quien fue secretario de seguridad pública con el panista González Márquez y adquirió más poder con el priísta Sandoval, en una especie de pacto transexenal de continuidad de las cosas, tal como ha convenido que estén. Ahora, luego de la detención del templario tío Loya, se ha encarcelado al hijo del líder del CJNG, en una decisión arbitral en busca de empatar el marcador, para que el juego siga adelante. ¡Feliz fin de semana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


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